ya acabó su novela

Furia político-religiosa azota al Decano

El Comercio pasó de la gran concentración al súbito desplome de ingresos. Una breve historia de cómo se llegó a esta situación.

Algunos apuntes sobre la caída en desgracia de José Graña Miró Quesada, expresidente de Graña&Montero y principal accionista individual de El Decano.

Por Wilder Buleje*

Publicado: 2017-12-05

Los vientos cruzados inquietaron al Grupo El Comercio cuando decidió adquirir Empresa Periodística Nacional (Epensa) en agosto de 2013.  

Cuatro años después, la madrugada del pasado lunes 4, el viejo imperio de la prensa nacional prendió las alarmas ante un inminente huracán tras la detención de su mayor accionista individual: José Graña Miró Quesada.

La gran concentración de la prensa de 2013 fue criticada con intensidad. Los afectados tocaron las puertas del Poder Judicial, iniciaron procesos, recurrieron a foros internacionales y gritaron en diversos idiomas en contra de la empresa bandera de la familia Miró Quesada. 

Hace unas semanas la publicación Semana Económica ofreció un informe pormenorizado de la caída estrepitosa de los ingresos y ganancias de Empresa Editora El Comercio. Las cifras eran de espanto: una reducción del 80%. Salvo los accionistas, nadie lamentó la situación del diario que se fundó en 1839.

En agosto de 2015 el entonces nuevo director de El Comercio, Fernando Berckemeyer, quien sucedió a finales de 2014 al desaparecido Fritz Dubois, el primero en romper la dinastía Miró Quesada en la conducción del diario, tomó una decisión que tendría consecuencias insospechadas.

Una denuncia de plagio en contra del arzobispo Juan Luis Cipriani en uno de los artículos publicados en su columna de opinión en El Comercio dio pie para que Berckemeyer lo separe de la lista de colaboradores. Amparado en las normas del diario puso fin a los artículos del primado de Lima.

El desencuentro entre un periódico de poco menos de 200 años y un representante de una institución de dos milenios tendría consecuencias. Los lectores más conservadores fueron alejándose del diario que alguna vez los representó.

El director y sus editores siguieron su curso de colisión. Esta vez chocaron contra Fuerza Popular de Keiko Fujimori, la principal representación en el Congreso de la República. Un nuevo frente y más deserciones entre lectores identificados con el partido de la hija del chino.

Fue precisamente por presión de Fuerza Popular que el Ministerio Público reactivó en tiempo récord el proceso contra las constructoras peruanas que trabajaron en sociedad con la corrupta y corruptora Odebrecht. En ese contexto se produce la aprehensión de José Graña, expresidente de la constructora Graña&Montero e integrante del directorio de El Comercio hasta 2014.

Sacudido por las adversas fuerzas del mercado, apremiado por la creciente penetración de medios digitales y debilitado por las consignas desde los sectores más afectados por su posición editorial, El Comercio llegó a este presente golpeado en el bolsillo y en su imagen.

Los adversarios del Decano deben de estar disfrutando este momento de gloria. Ni los interventores de la dictadura de Juan Velasco y Francisco Morales Bermúdez le hicieron tanto daño al diario que cumplió 178 años en mayo pasado.

josé graña y el expresidente alan garcía. este último impulsó proyectos de construcción en los que participó odebrecht.

DECISIÓN CONTROVERTIDA

El juez Concepción Carhuancho hizo suyas las convicciones del fiscal Hamilton Castro y cerca de las 3 de la madrugada de ese lunes 4 de diciembre determinó la detención por año y medio de los procesados en el denominado Caso Odebrecht-Carretera Interoceánica.

Esa prolongada carcelería preventiva, una especie de sentencia de corto plazo, se extendió en contra de Graña Miró Quesada (expresidente de Graña&Montero), Fernando Camet Piccone (presidente de JJCamet), José Fernando Castillo Dibós (gerente general de ICCGSA). Un cuarto inculpado está internado en una clínica local agobiado por un cáncer agresivo.

El juez Carhuancho ha sido ensalzado y felicitado por la determinación de encarcelar a estos ejecutivos. Sin embargo, a finales del año pasado este mismo magistrado retiró en horas la orden de detención preventiva en contra del medallista olímpico Francisco Boza quien se encuentra incurso en el Caso Antalsis-IPD en el cual está involucrado Martín Belaunde Lossio. Mucha coherencia tampoco tiene.

Las reacciones económicas y comerciales fueron casi inmediatas. El precio de las ya golpeadas acciones de Graña&Montero cayeron 11% solo a las pocas horas tras la detención de José Graña. Las proyecciones no son nada halagüeñas para los próximos días.

Pero los peores pronósticos no vienen de la Bolsa de Valores de Lima si no de la Bolsa de Valores de Nueva York donde también cotiza Graña&Montero. Las consecuencias que desencadenarán los últimos sucesos aun no son previsibles. Pero nada bueno puede esperar la constructora de una entidad tan poderosa como la New York Stock Exchange, pilar principal de Wall Street.

Todo indica que este terremoto en la constructora determinará una caída tan dramática que puede abrir la puerta a voraces inversionistas acostumbrados en hacerse de empresas a precios de remate.

Los destinos de José Graña Miró Quesada y de El Comercio quizá sigan caminos distintos. Pero tanto el diario como su principal accionista individual viven una pesadilla impensable en otras épocas no muy lejanas.

*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com


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wilder buleje

Periodista. Editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com


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