Por Wilder Buleje*

Ocho atletas representarán a Perú en el Mundial de Londres en los primeros días de agosto. Detrás de los nombres de los deportistas hay una historia de esfuerzo personal y también un contexto que les permitió progresos sostenidos en el tiempo. 

La gestión de Arturo Woodman, 2006-2010, al frente del Instituto Peruano del Deporte (IPD) estableció algunos programas que confluyeron en favor del atletismo y de los atletas en especial.

Siete u ocho años después se aprecian los frutos de los campamentos de maratonistas y de los programas de fondismo en altura que otorgó recursos para consolidar una modalidad en la cual hay grandes talentos.

Los fondistas Inés Melchor, Wilma Arizapana, Wily Canchanya, Jeanpierre Castro y Raúl Machacuay competirán en maratón. Ellos representan un esfuerzo que viene del pasado y que se ha sostenido, con buen criterio, en el tiempo.

Los marchistas Kimberly García y César Rodríguez, así como el especialista en 1500 metros David Torrence completan la delegación.

¿El actual IPD y la Federación Peruana de Atletismo están trabajando algún proyecto de largo plazo que dé frutos dentro de cinco o seis años? Los atletas no son eternos y algunos ya están acercándose al último tramo de vigencia en la alta competencia.

Los pasos dados por la administración de Óscar Fernández no ha sido los más halagüeños en en ese sentido. Por la Dirección de Deportes de Afiliados han desfilado tres personas hasta la fecha. Es decir, un promedio de tres meses para cada uno.

Empezó Giorgio Mautino, quien le cedió el puesto a Jorge Canales, quien salió intempestivamente del cargo hace algunas semanas. Luego nombraron a Carlos Zegarra Presser, quien además retiene el cargo de presidente de la Federación Peruana de Judo.

Es decir, el concepto de continuidad no ha sido el fuerte del actual directorio del IPD y los resultados, negativos, se padecerán en los próximos años. La inacción de hoy incubará la decepción del futuro. 

No se trata de manejar mirando constantemente el espejo retrovisor, pero si vale la pena recordar las buenas experiencias dejadas por anteriores administraciones, como la de Woodman, en este caso específico, por ejemplo.

Señalar que algunos de los atletas señalados formaron parte de iniciativas de hace una década no desmerece en nada el aporte de las diversas jefaturas del IPD en el tiempo, solo pretende que esa clase de buenas gestiones se repitan para buscar la gloria deportiva para el país.