WILDER BULEJE*

La verticalidad de Keiko Fujimori y la impasibilidad de Pedro Pablo Kuczynski están en zona de colisión. Las proporciones de ese choque son inimaginables. Alentar esa confrontación deviene en irresponsabilidad. Impedir el encontronazo parece remoto. Pero la política es el arte de lo posible. PPK puede activar el voto de confianza, pero solo debe hacerlo en caso la lideresa de FP rehúse el diálogo que debe de solicitar de manera expresa y pública. Keiko y su corte pueden continuar con la censura del ministro de Educación, aunque ese camino solo conducirá a la disolución del Congreso de la República y a la liquidación de sus aspiraciones futuras. La lectura de debilidad de PPK, por parte del fujimorismo, es errónea. La percepción de fortaleza de FP, al interior del gobierno de Pedro Pablo, también.  La Constitución es presidencialista y le otorga poderosos mecanismos de defensa al Ejecutivo. El número de escaños es contundente en el Legislativo, pero si la mayoría persiste en un discurso estéril y confrontacional terminará con altas cifras de desaprobación. Esa aritmética también es inapelable.

¿POR QUÉ KEIKO?

Después de las reproducciones fotográficas de los mensajes vía smartphone de la bancada de FP en el Congreso, apenas terminada la interpelación al ministro Jaime Saavedra, queda en evidencia que los fujimoristas –recientes y antiguos– están ebrios de poder y además sometidos a la voluntad de su lideresa. 


keiko está empeñada en volver a palacio de gobierno. si carece de sensatez nunca lo conseguirá.

La propia Keiko ha mostrado esa faceta de resentimiento y rencor que se manifiesta en las feroces intervenciones de Cecilia Chacón y Héctor Becerril. Incluso la veterana Luz Salgado, curtida en combates más trascendentes, ha recaído en esos sentimientos confusos que la nublaron durante la etapa del cogobierno que ejercieron Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos en los 90.

A Keiko Fujimori habría que escanearle el alma para saber en qué medida la afectó crecer en medio de una familia fragmentada por decisión de un padre autócrata y una madre rebelde. Cuánto la turbó permanecer en el epicentro de un gobierno dictatorial y corrupto. Qué porcentaje asimiló de esa peculiar forma de administrar el poder bajo la inspiración de Montesinos y la ejecución de su padre.

Keiko sabe que su periodo de caducidad lo estampará Kenji Fujimori, el hermano menor que también fue forjado en el mismo yunque de la dictadura y las malas artes en política. Cualquier error de maniobra será capitalizado por la única persona viva en el fujimorismo que grabó a Montesinos sin miedo y lo rebajó a la condición de ser humano común y corriente.

Ese es el gran temor de Keiko y su hermano aguarda la oportunidad. Así como Keiko Sofía cree que los Humala (Ollanta y Nadine) le robaron la elección, Kenji considera que le corresponde la representación política de la familia. En el mundo nisei y nikkei tradicional los padres endosan a los varones las tareas más importantes en desmedro de las féminas, quienes incluso han sido despojadas de beneficios materiales como herencias y propiedades.


Tanto kenji como keiko pasaron niñez y adolescencia en la casa de pizarro. 

¿y ppk?

También PPK debe responder con autocrítica este soso medio año de tropezones y desaciertos. Seis meses de dudas en ritmo de bolero. Debe recordar el presidente de la República que si bien él viene del siglo XX fue elegido para llevarnos con mano segura en el siglo XXI. 

PPK ha sido forjado en la política y la tecnocracia desde principios de la década de 1960. No es un advenedizo. También tiene que demostrar que ha evolucionado y que tiene la capacidad para adaptarse a esta época de comunicación instantánea y cambios a velocidad de vértigo.

Kuczynski tiene a la mano la mejor información del país y de los principales actores en el escenario político, económico y militar. Solo tiene que leer con calma, encontrar las anomalías y corregirlas de un plumazo. Cualquier dilación será interpretada como debilidad. Y PPK en 1968 fue testigo de excepción cuando Fernando Belaunde Terry pagó con golpe de Estado y destierro esa percepción.

ARTE DE LA NEGOCIACIÓN

Las posiciones más irreductibles suelen converger en algún momento. El Apra, socio de FP, lo ha practicado con entusiasmo en más de una oportunidad: Con Prado y Odría, por mencionar los casos más notables en el siglo XX. 

Para negociar se requiere de propuestas y de voluntad. Sin esos requisitos nada es posible. De Pedro Pablo depende la iniciativa. En Keiko queda la respuesta. El que incumpla ese paso previo quedará descalificado y la historia lo registrará en todos los soportes habidos y por haber. Esa es la magia de esta era de tecnologías de la información. Que los políticos cumplan con su cuota de sensatez.

*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com