Presidencia de Temer
Dilma Rousseff fue separada de la presidencia de Brasil por 180 días. Ahora se inicia juicio político para desaforarla del máximo cargo.
El magnate George Soros detrás de la jugada en representación del gran poder económico.
Los vientos neoliberales provenientes de ultramar arrasaron el Ejecutivo de Brasil y remecieron Sudamérica. La presidenta Dilma Rousseff quedó separada del máximo cargo y será sometida en los próximos 180 días a un desfavorable juicio político
Mientras tanto la reemplaza de forma temporal en el sillón presidencial Michel Temer, quien subió un peldaño desde su posición de vicepresidente y máximo líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
La jugada fue planificada hace varios meses, desde el inicio del segundo mandato de Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), al cual también pertenece el expresidente Inacio Lula Da Silva.
Entre los actores principales, como ya lo ha advertido en reiteradas oportunidades Wayne Madsen, analista político y exempleado de la NSA (Agencia de Seguridad de Estados Unidos) aparece el magnate húngaro George Soros, aunque él solo sea la cara visible de un poderoso grupo que tiene objetivos muy precisos en la emergente potencia sudamericana y en la subregión.
Mientras Temer cumple con el formalismo de mantenerse como jefe del Ejecutivo brasileño, tras bambalinas se prepara Aecio Neves, el candidato derechista que fue derrotado por Rousseff en las pasadas elecciones.
En última instancia, Neves es el hombre de Soros y de los grupos que están tras el magnate húngaro. Mientras su estrella es ascendente, el destino de Rousseff y Lula es, por lo menos, incierto.
aecio neves será a quien ungirán como presidente de brasil en un futuro próximo.
DOS OBJETIVOS
La primera cuestión para el régimen de Temer es controlar la información de la corrupción generada desde Petrobras que involucra no solo a la clase política brasileña. Esos datos también involucra a dignatarios, ministros y exministros, políticos y empresarios de América del Sur.
Las relaciones establecidas durante largos años por las gigantescas constructoras Odebrecht, Camargo Correa y OAS -así como las ‘propinas’ entregadas a los beneficiarios que les dieron luz verde para obras monumentales- están en el primer lugar de la agenda.
Esa información comprometedora, en caso los involucrados aún sean útiles, servirá para subordinarlos y utilizarlos como peones en las siguientes jugadas dentro del ámbito energético y geopolítico.
wayne madsen, un bien informado analista político que viene de canteras de la nsa (Agencia de seguridad de EE.UU.)
GAS Y PETRÓLEO
En el tema de la energía son conocidas las potencialidades petrolíferas y gasíferas de Brasil, Argentina, Bolivia, Colombia, Venezuela y Perú.
El Gran Gasoducto del Sur (GGS) será la apuesta futura para llevar a depósitos estratégicos la enorme producción del continente y luego comercializarla en los mercados bajo el Modelo Camisea: la parte del león se la llevarán los grandes conglomerados y las migajas quedarán para los países productores.
Con gobernantes dóciles en la mayoría de naciones sudamericanas, en cinco o seis años el abundante gas sudamericano abastecerá un enorme mercado mundial que gradualmente viene reduciendo su matriz petrolera.
El proyecto del GGS que trazaron Hugo Chávez, Lula Da Silva y Néstor Kirchnner con una inversión inicial de 20 mil millones de dólares, gastados en estudios preliminares y de prefactibilidad, se convertirá en prioridad para los consorcios ávidos de dinero en cantidades astronómicas.
EFECTO DOMINÓ
El ascenso de Michel Temer también significa el ocaso de otros regímenes de la región. El más emblemático: el castro-chavismo de Venezuela. Nicolás Maduro no podrá completar la destrucción del país caribeño que era uno de los objetivos trazados desde La Habana.
En términos simples, la supervivencia del gobierno madurista depende en gran medida del conglomerado empresarial brasileño JBS, que provee carne y pollo al desfalleciente consumidor venezolano.
El acuerdo fue posible a la intermediación de Lula Da Silva y Dilma Rousseff. Sin ambos en el panorama, Temer puede fácilmente tocar esa cuerda y desbaratar el acuerdo que consiguió un angustiado Diosdado Cabello en 2015.
También en el plano diplomático los venezolanos están complicados. Argentina de Macri y Brasil de Temer usarán sus votos e influencia en la OEA contra un gobierno que se inmiscuyó en los asuntos internos de ambas naciones y en contra de quienes ahora detentan el poder.
LA VIDA SIGUE IGUAL…
La salida de la dupla Maduro-Cabello despejará el camino para ejecutar un ‘Plan Marshall’ que otorgue imagen de benefactores a sus ejecutores mientras van adquiriendo a precio de chatarra la aún valiosa infraestructura petrolera de Venezuela. Al mismo tiempo estimularán la producción de gas con una mano de obra barata y ansiosa de volver a recuperar estándares de poder adquisitivo previos al chavismo.
En Bolivia y Ecuador el panorama pinta de un modo similar. En uno o dos años como máximo se habrá cerrado el capítulo castro-chavista en Sudamérica.
La celebración correrá por cuenta de los conglomerados más importantes de Estados Unidos y Europa. A la fiesta se unirá la pequeña Cuba de Raúl y Fidel Castro.
Los líderes de la mayor isla de Las Antillas actuaron como instigadores de cambios, pero en verdad solo consolidaron el statu quo.
Los revolucionarios de ayer son los conservadores de hoy. Los rebeldes de los 60 son los traidores del Tercer Milenio.
La salida de Dilma Rousseff y el ingreso de Michel Temer no solo representa un cambio en el manejo de uno de los países más importantes de América Latina, también simboliza el nuevo tiempo que se avecina para estos ricos territorios.
* Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com
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